Anchoas de Santoña con nombre propio. Anchoas en mantequilla, esa es la novedad que ANCHOAS REVILLA, ha puesto en el mercado, se trata de recuperar una tradición de antaño.
La conservera Miguel Ángel Revilla, originaria de Santoña, es la que ha decidido rescatar esta forma de preparar las anchoas.
Pero para conocer mejor de dónde proviene, es necesario remontarse a 1883, cuando un conservero siciliano pisó Santoña por primera vez en busca de anchoas, que en Italia se consumían de forma casi masiva.
Mientras, en España, este pescado solía utilizarse como cebo para pescados que tenían un mayor valor en el mercado, como es el caso del besugo.
Anchoas de Santoña con nombre propio
La internacionalización de la anchoa
Dado el interés que la anchoa suscitaba entre los italianos, eran muchos los que se trasladaban a los puertos del Cantábrico para comprarlas. Almacenarlas y conservarlas y mandarlas después en salazón al país de la bota, donde lo consumían con mantequilla (para suavizar un poco su sabor, muy salado).
Normalmente se conservaban enteras y tenían que limpiarse posteriormente en casa.
Para hacer más cómodo su consumo, los italianos comenzaron a servir el pescado limpio y en su propia mantequilla.
Y es precisamente este aspecto el que pretenden recuperar desde conservas Revilla.
Envasan sus anchoas con mantequilla ecológica que se atempera en 20 minutos y adquiere una textura extra cremosa. Esta mantequilla, además, preserva el sabor de la anchoa y se puede utilizar para cocinar.
Capital mundial de la anchoa. Anchoas de Santoña con nombre propio
El municipio cántabro de Santoña está considerado como la capital mundial de la anchoa en conserva, pero su historia habría sido muy distinta de no ser por Giovanni Vella Scaliota.
Este salazonero de origen siciliano llegó a Cantabria en 1883 como enviado de la firma Angelo Parodi, en busca de anchoas con la que nutrir el insaciable mercado italiano de las salazones.
Los italianos y la anchoa
Fueron napolitanos, genoveses y sicilianos los que pusieron en valor un pescado, el boquerón, que en España se usaba como cebo de capturas de valor superior en el mercado, como el besugo, pero que en Italia era de consumo masivo.
Vella Scaliota llegó a Santoña como tantos otros compatriotas, que se desplazaban a los puertos del cantábrico –como Getaria, Bermeo, Laredo o Llanes–, para comprar, almacenar y conservar la anchoa, que mandaban en salazón a Italia.
Estos hombres venían a hacer la temporada y regresaban a Italia pasados unos meses, pero el siciliano se enamoró de una santoñesa, de nombre Dolores, se casó con ella en 1889 y se estableció en el pueblo de forma permanente.
Santoña y el origen de la anchoa
Una vez instalado en Santoña, Vella Scaliota empezó a barruntar otra forma de comercializar la anchoa.
En aquella época, la anchoa se conservaba entera en salazón y eran los comensales los que la limpiaban en su casa.
Como el pescado resultaba muy salado, los italianos lo solían tomar con un poco de mantequilla para suavizar su sabor.
El conservero siciliano pensó entonces en servir el pescado ya limpio, sin piel ni espinas, en su propia mantequilla, para que el consumidor solo tuviera que abrir la lata y disfrutar de estas. Nació así la primera anchoa en conserva: en mantequilla.
La tradición olvidada. Anchoas de Santoña con nombre propio
Estas primeras anchoas fueron todo un éxito, pero, dado lo caro que resultaba la mantequilla, el siciliano cambio ésta por aceite de oliva. Y así nacieron las anchoas que hoy todos conocemos.
En 1900, Vella Scaliota comienza la construcción de la que sería la primera fábrica de anchoas de Santoña, La Dolores, en honor a su mujer. La nueva técnica del “sobado a mano” fue un éxito y se extendió rápidamente por todo Cantabria.
Solo en Santoña se instalaron más de cien familias italianas, convirtiéndose en el puerto de mayor concentración de conserva de anchoa del mundo, con una treintena de fábricas que dieron empleo a más de 800 personas.
La anchoa en la actualidad
Hoy Santoña sigue siendo la capital mundial de la anchoa y es allí donde una conservera, que lleva el nombre del histórico presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha decidido recuperar la preparación original de Vella Scaliota, enlatando las anchoas con mantequilla.
“Empezamos buscando artículos e informándonos un poco sobre el mundo de la anchoa”, explica a Directo al Paladar el director comercial de Anchoas M. A. Revilla, Jaime De Diego. “Vimos que la anchoa se servía con mantequilla y quisimos retomarlo”.
Pero no ha sido fácil. “Hemos ido probando hasta que hemos dado con la mantequilla perfecta para poder servir la anchoa, porque no vale cualquier mantequilla”, explica De Diego.
“De hecho al principio teníamos un problema y es que sacábamos la lata de la nevera y a la hora y media, dos horas, seguía todavía un bloque de mantequilla con las anchoas en medio”.
El secreto de la mantequilla
Finalmente, dieron con un tipo de mantequilla ecológica, en colaboración con la empresa pasiega El Andral, que se atempera en 20 minutos y se queda hecha crema. El resultado, como pudimos comprobar en el Salón de Gourmets, es extraordinario. La mantequilla, además, coge el sabor de la anchoa y se puede utilizar para cocinar. ¿Qué tal le sentaría por ejemplo a estos tortiglioni con anchoas, alcaparras y pan rallado al pimentón? Tenemos que probarlo.
Nuevas ideas. Anchoas de Santoña con nombre propio
Jaime De Diego, director comercial y propietario de Anchoas M. A. Revilla,pese a su cortísima trayectoria, de solo dos años, Anchoas M. A. Revilla se ha alzado con el primer premio de la prestigiosa Cofradía de la Anchoa en su cata de 2018, con sus anchoas en aceite de oliva.
Más mérito tiene el asunto teniendo en cuenta que Jaime De Diego, que comanda la empresa familiar, nunca se había dedicado a esto: es controlador aéreo. Ahora bien, el espíritu conservero le viene de familia, pues su bisabuelo si se dedicaba a la anchoa y tenía, incluso, su propia fábrica.
Anchoas de Santoña con nombre propio
Después del éxito de sus anchoas con mantequilla, que han despertado un gran interés en el mundo Gourmet, De Diego pretende seguir innovando con su producto estrella, pero no quiere desvelar nada para que no le copien.
Conocí estas conservas artesanales hace poco, me parecieron magníficas, sensacionales.
Por ello les invito a probarlas, para saborear estos maravillosos filetes marinos, que son un bocado digno de reyes.
Artículo escrito por Ángel Marqués Ávila. Periodista